No sabrías explicarlo. Sientes esa frustración por que tus esfuerzos no obtienen ni una simple respuesta. Algo que te diga que ha merecido la pena, porque es verdad, una vez más te sientes ridícula por perder parte de tu tiempo con la idea de hacer feliz a otra persona. Por mirar siempre por los demás y después por ti.
A veces echas en falta ese te quiero en cada despedida.
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