A veces crees que tu paciencia puede ser infinita. De hecho, en innumerables ocasiones te has demostrado a ti misma que a pesar del cansancio y de las guerras continuas (a pesar de no ser tu guerra) seguías manteniéndote firme, dando más de ti, dejando tus propios problemas a un lado por el de los demás.
Y si miras atrás, cada día eres más consciente de que estás cansada de esperar a que la gente intente valorar lo que eres y lo que haces por ellos. Quizás estés cansada de luchar en una guerra que no es tuya.