jueves, 29 de agosto de 2013

I won't give up


Si tuviese que hablar de una persona a la que quiero con toda mi alma y a su vez la odie con todas mis fuerzas en innumerables ocasiones tendría que decir que tú eres la persona idónea que cumple ambos requisitos. No hay nadie que me desquicie más. Eres una de esas pocas personas que tienen la capacidad de sacarme de mis casillas, de hacerme rabiar hasta tal punto en el que no pueda decir nada más por temor a perder por completo la cabeza. 

Si tuviese que hablar de una persona que se haya ganado mi confianza a base de esfuerzos y de mucha paciencia tendría que decir que ese eres tú. Porque supiste dar con la tecla adecuada, porque sabes con tan solo mirarme que se esconde tras de mi. 

Si tuviese que hablar de una persona que se haya ganado mi admiración y cariño, eres tú y sólo tú. Porque eres la calma que a veces tanto me falta. Porque tener la total certeza de que -siempre- estarás a mi lado, hace que las adversidades y los problemas parezcan menos.




Eres y serás siempre mi -maldita- debilidad. Tal y como tú un día dijiste, yo me había ganado un lugar en tu corazón para no dejarlo jamás. Que los amores, van y vienen, pero esto no. Tú también has sabido ganarte tu sitio en él. Y hasta ahora sigue intacto (con un par de grietas, pero no hay nada que no se pueda arreglar, ¿no?).



Recuerdo el primer día de instituto, ese chico tímido que nunca hablaba en clase. Inteligente, observador, alegre. Después llegó esa primera 'fiesta de fin de curso' de tu antiguo colegio. Ya por entonces, sabía lo que serías para mi. Luego esa excursión con altibajos a Córdoba, fiestas patronales y cumpleaños. Miles de quedadas en verano y conversaciones infinitas. ¿Recuerdas cuando terminamos 3º de la E.S.O y yo no podía dejar de llorar porque creía que ya nada sería lo mismo? Fue nuestro primer abrazo, pero no el último.

Me gusta recordar aquellos años porque fueron intensos, porque conocí a las personas que a día de hoy han marcado un antes y un después. Hemos crecido juntos, tú has cambiado y yo también. Y aunque haya miles de cosas que puedas detestar de mi y yo de ti, aquí seguimos. Me gustaría seguir siendo esa niña que se ganó poco a poco ese pequeño rinconcito de tu corazón, ese que lleva mi nombre. Aunque haya cambiado y ya no sea la de antes. Aunque me enfade y deje de hablarte. Quiero que sepas y siempre tengas presente que me siento afortunada por haberte conocido -y por aún tenerte-.

Sé que piensas que hoy es un día más, que no tiene importancia, pero déjame decirte que estás completamente equivocado. Hoy es un día importante porque hoy hace 21 añitos que nació esa persona que consigue completar mi mundo y si tú no estuvieras en él nada sería lo mismo.

Te quiere, Let.

No hay comentarios:

Publicar un comentario