viernes, 23 de noviembre de 2012

Dime, ¿qué hago contigo?


Dime, ¿qué hago contigo? 
Tantos sentimientos reprimidos, tanto pesar. Dime, ¿qué puedo hacer para que te sientas bien? Sólo dímelo y lo haré. ¿Dónde están esas ganas de vivir y de no dejar de reír? Ahora que lo pienso, hace mucho que no te escucho reír, y lo echo de menos. Echo de menos esa capacidad que tenías de contagiar la risa, de saber estar y de ser feliz. 

Te abrazaré todas las veces que hagan falta siempre y cuando eso haga que pienses las cosas con más calma. Y llora, llora todo lo que necesites. Suelta eso que llevas dentro, venga. 

Movería cielo y tierra por verte feliz. 




lunes, 12 de noviembre de 2012

Así, sin más.

Debería... debería ser más firme ante las decisiones que tomo. Quizás de esta forma se me tendría más en cuenta, aprendería a valorarme más o no sé... A veces pienso que tengo una paciencia inagotable, rozo los límites hasta volver al equilibrio para después decidir seguir un poco más. Y me pregunto ¿adónde me lleva esto? Siempre creí en las segundas oportunidades, perdono y olvido porque lo hecho, hecho está. Y vuelta al principio. A creer en esas personas, en confiar, en desearles lo mejor e intentar hacerles la vida un poco más fácil. Y si te preguntas por qué... es sencillo. Porque soy así. Soy de ese tipo de personas que se la juegan todo por aquello que verdaderamente merece la pena

Siempre seré esa tonta que es feliz con poco, la que cree que las grandes cosas se encuentran en los pequeños detalles. 


sábado, 10 de noviembre de 2012

A contracorriente

Navegas a contracorriente. Has llegado a un punto en el que no sabes cómo encontrarte y lo sé, no te reconoces a ti misma. Cometes el mismo error una y otra vez. Es de esas veces en la que ve las cosas claras desde el primer momento pero te niegas a verlas por el simple hecho de que tienes miedo a perder, que tu vida cambie o que no tengas un razón por las que esta vida merezca la pena. Y no, no aguanto más escuchar siempre las mismas palabras. Estoy cansada. Cansada de ver que no eres tú, que has perdido esa sonrisa que podía iluminar un día nublado. Me duele ver que no te quieres a ti misma, que te infravaloras en todo momento y que crees que necesitas a ciertas personas para poder seguir. ¿Cómo te hago ver todo lo que vales? Dime, ¿qué hago? Porque se me acaban las ideas. Dejé las palabras cálidas por las frías y duras. Un intento inútil, fallido ya que por mucho que hable y te aconseje no se puede ayudar a quien no quiere cambiar. Dime, ¿qué necesitas? 

Puedo decirte una y otra vez todo lo que eres, recordarte quién fuiste pero hasta que tú no decidas dar el paso, no habrá mucho más que hacer.


martes, 6 de noviembre de 2012

Memories


Perdí la cuenta de los años que llevo sin verte y aún así cada noche, los últimos segundos de mi día van dedicados a ti. Recuerdo tu sonrisa, esa forma que tenías de intentar que olvidase todos los problemas que puede tener una chiquilla de tan solo 5 años. No olvido tu dulzura, tus gestos, ni esa preocupación desmedida por verme feliz. 

De algún modo, he decidido aferrarme a los pocos recuerdos que me quedan para no olvidarte jamás. Eras y siempre serás mi consuelo.