Dime, ¿qué hago contigo?
Tantos sentimientos reprimidos, tanto pesar. Dime, ¿qué puedo hacer para que te sientas bien? Sólo dímelo y lo haré. ¿Dónde están esas ganas de vivir y de no dejar de reír? Ahora que lo pienso, hace mucho que no te escucho reír, y lo echo de menos. Echo de menos esa capacidad que tenías de contagiar la risa, de saber estar y de ser feliz.
Te abrazaré todas las veces que hagan falta siempre y cuando eso haga que pienses las cosas con más calma. Y llora, llora todo lo que necesites. Suelta eso que llevas dentro, venga.
Movería cielo y tierra por verte feliz.