viernes, 21 de junio de 2013

Oblivion


- ¿Te has acordado de vacunarte?
- Me voy a Italia, no a Etiopía. A no ser que haya un brote de gripe A en Florencia...
- Bueno, a menos que seas inmune a la belleza, hay algo todavía más fulminante que eso: el síndrome de Stendhal. Cada año se registran más de cien casos de turistas que sufren vértigos y desvanecimientos mientras visitan la ciudad.

Me sorprendió que mi padre, que llevaba décadas sin salir de Colmenar, supiera tanto sobre la ciudad del arte.

- ¿Por qué?
- Porque no están acostumbrados a tanta acumulación de belleza. Se llama así porque Stendhal, el novelista francés, sufrió uno de esos episodios tras entrar en la Santa Croce. De repente se sintió aturdido, desorientado, con fuertes palpitaciones... y tuvo que salir enseguida de la iglesia.
- A veces la perfección resulta difícil de soportar, ¿no crees?
- Si hubiera una vacuna contra ella, me la pondría sin pensarlo - respondí con tristeza recordando a Bosco.
- La hay - respondió mi padre-. Se llama olvido. Solo quien olvida el amor puede ser inmune a la belleza.

Me pregunté si alguna vez lograría no estremecerme con el simple recuerdo de su bello rostro.

- Y convertirse así en un corazón dormido - añadí tras un suspiro.

Esther Sanz - "La ciudad de la luna eterna"

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