El empezar siempre es difícil. Un claro ejemplo de ello es cuando te ves en la obligación de escribir una carta, ese 'comienzo' es lo más complicado. Sabes que esas primeras palabras son la clave para el resto del texto y por ello debes pensarlas concienzudamente. Lo mismo ocurre cuando tienes que empezar algo nuevo. No sabes en que dirección dirigirte, qué hacer, cómo comportarte. Si algo he aprendido en estos últimos años es que la incertidumbre y el miedo van a ir contigo de la mano allá donde vayas y que mirar atrás lo único que consigue es retenerte en un espacio-tiempo que ya ha pasado. Ahora puedo mirar ese tablón lleno de fotos antiguas que me recuerdan qué dejé atrás, sonreír y saber que ya no duele.
Let it go..
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