miércoles, 12 de octubre de 2011

Parar el mundo.

No estabas en un sitio que pudiese evocar cualquier recuerdo o un momento concreto. Una clase, muchas personas distintas y pensamientos diferentes. Y de repente, te acuerdas de cómo estabas hace unos 4 o 5 años. Lo fácil que era un día a pesar de los agobios y de todo.

Pero eso no es de lo que te acuerdas. No, de eso precisamente no. Sin saber muy bien por qué, empiezas a echar de menos a determinadas personas. Piensas en cómo ahora pueden pasar días sin saber absolutamente nada de ellas y... que el mundo siga su propio curso. Sin dilación, sin retrasos. Y por un momento, te gustaría parar el mundo, que dejases de girar porque tú estás parada, sin querer seguir.



Te pararías sin pensártelo dos veces. Por él.

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