Era tan fácil como suponer que consistía en elegir todo o nada. Dejaste pasar los días, las horas muertas observando algo que te parecía imposible. Incluso tiraste la toalla. No había remedio y mucho menos una solución. El fin de un cuento que por primera vez en la historia acababa mal. De pequeños nos hicieron creer que todas las historias terminaban bien, alimentaron nuestra inocencia provocando un golpe aún más duro cuando observásemos cómo es la vida en la realidad. Nada es tan bonito como lo describen y no todas las historias acaban con un "vivieron felices y comieron perdices".
Sin embargo, tuviste un golpe de suerte, de esos que no abundan en tu vida. Piensas que quizás sea el destino o tan solo es casualidad, pero este cuento que tuvo un principio aún no ha llegado a su final. Por momentos, deseas con toda tu alma, que jamás llegue. Ya sea para bien o para mal. Tan solo quieres que sea una historia... sin fin.
Respira.
Esta vez lo has hecho bien.
No hay comentarios:
Publicar un comentario