domingo, 11 de marzo de 2012

Causas perdidas.

A veces tienes ciertos sentimientos contradictorios los cuales son incapaces de dirigir tus acciones hacía la dirección correcta. Crees sinceramente que esto no te va a llevar a ninguna parte, que una vez más como otras muchas, te has cegado en una idea y aunque te des mil veces con una farola en la cabeza vas a seguir por el mismo camino hasta que decidas rendirte o hasta que te duela demasiado el darte de bruces constante y repetidamente. 
En realidad, sabes que se trata de perder o ganar. Sientes que tu opción siempre será perder porque extrañarás, pensaras en los momentos vividos y en lo perdido. Y te sentirás sola nuevamente y creerás que todo es culpa tuya, como siempre. Que aunque te esfuerces y agotes tus fuerzas en el vago intento de no tropezar con la misma piedra,  acabarás cayéndote porque eres bastante torpe y no puedes evitarlo.
Tú pierdes, pero ¿y los demás? No te engañes. Aunque te hagan pensar que eres importante, eres tan solo una más. Al principio puede ser raro pero a la larga puedes acabar acostumbrándote a los cambios. Tú misma lo has hecho. Has sabido perder y seguir. De vez en cuando es cierto que piensas en ellos, pero sólo son segundos de las 24 horas que tiene el día. Dime, ¿qué valor tiene?


Sí, decidiste rendirte. Quizás sea hora de abandonar las causas perdidas y centrarte en las verdaderamente seguras.

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