A veces tienes ciertos sentimientos
contradictorios los cuales son incapaces de dirigir tus acciones hacía la
dirección correcta. Crees sinceramente que esto no te va a llevar a ninguna
parte, que una vez más como otras muchas, te has cegado en una idea y aunque te
des mil veces con una farola en la cabeza vas a seguir por el mismo camino
hasta que decidas rendirte o hasta que te duela demasiado el darte de bruces
constante y repetidamente.
En realidad, sabes que se trata de perder o ganar. Sientes que tu
opción siempre será perder porque extrañarás, pensaras en los momentos vividos
y en lo perdido. Y te sentirás sola nuevamente y creerás que todo es culpa
tuya, como siempre. Que aunque te esfuerces y agotes tus fuerzas en el vago
intento de no tropezar con la misma piedra, acabarás cayéndote porque
eres bastante torpe y no puedes evitarlo.
Tú pierdes, pero ¿y los demás? No te engañes. Aunque te hagan
pensar que eres importante, eres tan solo una más. Al principio puede ser raro
pero a la larga puedes acabar acostumbrándote a los cambios. Tú misma
lo has hecho. Has sabido perder y seguir. De vez en cuando es cierto que
piensas en ellos, pero sólo son segundos de las 24 horas que tiene el día.
Dime, ¿qué valor tiene?
Sí, decidiste rendirte. Quizás sea hora de abandonar las causas
perdidas y centrarte en las verdaderamente seguras.
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