Venga, suéltalo. Se que lo necesitas. Tiempo atrás yo era quién sabía consolarte, era tu primera opción. Nada ni nadie podía interponerse entre nosotros. Parecía que existía un acuerdo entre ambos, yo lo sabía todo de ti aunque en más de una ocasión tenía que sacarte las cosas a regañadientes. Vale, sí, lo reconozco, en eso tú y yo nos parecemos. Tenías y tienes que mover cielo y tierra para poder sonsacarme un problema. Sin embargo, para sacarme una sonrisa jamás te ha supuesto un gran reto. Sabes dar con la tecla adecuada. Una mirada, un gesto tuyo provocan de forma irremediable que mi cuerpo y mi mente por un instante, aunque sea mínimo, olvide todo. Pero reconoce que algo ha cambiado. ¿Lo ves? Quizás te niegues a verlo. El tiempo nos ha jugado una mala pasada. Han creado pequeñas grietas y necesitan ser arregladas de forma urgente.
También necesito que reconozcas que a veces no eres el mismo, que te falta esa luz, esa alegría que tanto te caracteriza. ¿Cómo dices? ¿Qué no llevo razón? Claro, tú como siempre. Nunca quieres darme la razón. Pero escúchame, no digas nada ahora. Aunque no seas el mismo, ni yo sea lo que antes era necesito y quiero que confíes en mi como en nadie. Quiero que siempre tengas presente que pase el tiempo que pase, que aunque nuestros caminos poco a poco estén más alejados el uno del otro siempre habrá una pequeña ruta que nos una. Siempre encontraremos el camino más corto para mantener este lazo. ¿Tú lo necesitas? Porque yo desde luego sí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario