Aunque no se lo digas a nadie, todo consiste en una promesa. Una promesa que te has hecho a ti misma. Intentas en todo momento cuidar de las personas que te rodean, hacerles ver el modo en el que los ves y aunque te cueste hablar de sentimientos, vale más una acción que un montón de palabras que para muchos son simplemente eso. Palabras que se las lleva el viento, que son dichas y que muy pronto se olvidan. Eres capaz de partir las 24 horas que tiene el día con tal de hacer todo lo que te propones. Piensas cumplir tu promesa, cueste lo que cueste.
No, nunca te ha importado coger una llamada a las 3 de la mañana si esa persona lo necesita. No te importa proponer mil planes, dar multitud de opciones sólo para que vea que estás ahí. Jamás estará solo. No será así mientras esté en tu mano.Y así será siempre porque le quieres.
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