A veces tengo la sensación de que tengo tanto que decir pero luego soy incapaz de pronunciar una simple palabra. Sientes miedo, miedo de que alguien vea lo transparente que puedes llegar a ser, que vea todo lo que hay en tu interior, y que nadie conoce. Eso hace que decidas parar, que eso no siga a más. Temes ser como un libro abierto. Porque desde un principio estableciste tus propios esquemas, y ahora te das cuenta de que vas rompiendo uno a uno sin pensar en una explicación coherente del por qué.
Puedes estar rodeado de mucha gente, los cuales forman parte de ti, y sabes con total seguridad que ellos conocen cómo eres, saben cuáles son tus manías, tus defectos, tus virtudes. Pero esta vez tan solo has necesitado que llegue alguien nuevo a tu vida y te muestre otro lado de las cosas, que te haga cambiar de parecer. Lo extraño es que deseas confiar, dar poco a poco lo que sabes de ti, sin ninguna razón. Todo se trataba de eso, de confianza. Te estaba aportando algo que mucha gente te había dado pero nunca supiste aprovechar en determinados momentos, y esta vez, decides aprovecharlo porque en esta ocasión, quieres.
No hay comentarios:
Publicar un comentario