sábado, 19 de marzo de 2011

Débil y frágil.

No sabes porqué pero no puedes reprimir en todo momento tus sentimientos. Cuando menos te das cuenta, un abrazo puede ocasionar que saques todo lo que llevas en tu interior acumulado desde hacía mucho tiempo. Y lloras. Y no puedes evitarlo por mucho que estés intentando aparentar que todo está bien, que las cosas no te duelen, que puedes seguir y nada te afecta. No pudiste evitar que te viese de ese modo. Débil y frágil. Cómo si cualquier palabra pudiese romperte en mil pedazos.



Pero tuviste que reconocer que lo necesitabas. En ese preciso momento lo que más querías  era que no te dejase ir, que siguiese en silencio y lo único que se escuchase fuese el latido de dos corazones. Por que cuando llevas mucho tiempo callando, las cosas por muy pequeñas que parezcan en un principio, a medida que pasa el tiempo, te pesan más y  pueden afectarte hasta tal punto que no eres capaz de controlarlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario