martes, 14 de febrero de 2012

Detalles.

Te preguntas como es posible. Has pasado gran parte del día con una careta, de esas que tienen una sonrisa y que aunque vengan tiempos malos jamás te abandona, está ahí, inmóvil, persistente, duradera. Y a pesar de eso te cuestionas que es lo que falla para que ella pueda ver que tus ojos han perdido parte de ese brillo que tanto te caracteriza. No sabes decir con total claridad cuál ha sido el pequeño detalle que se te ha escapado en tu gran actuación del día, quizás hablar menos en la comida o simplemente no prestar atención a la televisión. Cualquier pequeño detalle fuera de tus acciones habituales, esos detalles que por lo general suelen alterar el estado general de toda tu casa no se encontraban presentes por ningún pequeño rincón de la habitación.


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