"Me animabas cuando estaba triste, me llamabas cuando te hacía falta, me escuchabas siempre que te necesitaba, me apoyabas en todo, amores, desamores, momentos difíciles, tristezas, alegrías, sueños, esperanzas, todo. Y por suerte sigues haciéndolo.
Ya sé que tú has cambiado, pero en ti sigue existiendo esa pequeña pero adorable Leticia que un buen día tuve la suerte de conocer. Y pasarán los años y te recordaré igual, alguien ejemplar, una buena amiga (la mejor), honesta, simple, simpática, con la empatia por bandera, el amor como escudo y con sus ganas de ser ella misma, de ayudar en todo lo que se precie, de vivir con la mitad de su corazón siempre y cuando la otra mitad sirva para dar vida al mundo. Todo se puede resumir en que eres impresionante, maravillosa para mi. [...]
[...] Y Si de algo estoy seguro es de que jamás te olvidaré. Dentro de unos años tendrás que seguir viéndome y contactando conmigo. Los amores (por ejemplo) van y vienen pero tú para mi no. Y otra cosa que tengo segura es que has robado un trocito de mi corazón y te has instaurado en él. Y ahora mi trocito de corazón quiere encerrarte para que no te vayas nunca."
M.
La suerte no la tuviste tú, la tuve yo. Por encontrarte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario