sábado, 13 de agosto de 2011

Simplemente tú.

Se que siempre has querido una entrada para ti y este es el mejor momento para dedicarte una. Decirte para empezar que hoy ha sido un día muy especial para ti. Cumples 19 años. Espero que hayas logrado ser la persona más feliz del mundo al menos en este día, aunque me gustaría que lo fueses los 365 días que tiene el año.

En realidad, esto no tiene mucho sentido ya que sabes perfectamente lo que pienso sobre ti. Eres un niño que se gana el cariño de los que están a su alrededor con una sola sonrisa. Tienes un corazón que muchos desearían tener. Siempre con esa bondad que tanto te caracteriza. 

Te conocí con 16 años (bueno tú por ese entonces tenías aún 15), 11 horas de autobús dieron para mucho en ese viaje que emprendimos desde Sevilla hasta Navarra. Puedo decir con total sinceridad que esos días fueron inolvidables para mi. No sólo por la experiencia que ésta conllevaba, sino porque conocí a dos personas que aún sigo conservando. Dos personas maravillosas y que las considero esenciales. Aunque hoy es momento para hablar de ti. Aún recuerdo como eras al principio. Todo el rato picándome y haciéndote notar por allá donde estuvieses. Siempre sonriendo y haciendo el tonto. Pero dentro de ese mundo de risas también conocí tu otra parte más seria. Un chico maduro con el cual se puede conversar durante horas. Después de nuestro comienzo, llegó mi viaje a Cádiz. Y eso que no hacia tanto de la convivencia en Navarra. Pero tenía muchísimas ganas de volver a verte. Ese día por el puerto, aquellas playas que eran preciosas, la puesta de sol que jamás llegamos a ver, y tú. Te conocí aún más en sólo un día. No, un día no, en solo una tarde. 

Debo confesarte que muchas veces deseo que estuvieses aquí conmigo. Que fueras de mi misma ciudad. Poder quedar varias veces a la semana, tener un trato mucho más directo más allá de una pantalla de ordenador. Eres de ese tipo de personas que merece la pena conocer, que te gustaría mantenerlas por siempre, porque es verdad ya no quedan personas como tú. Gente verdadera, que dice las cosas a la cara, que muestra sus sentimientos cada vez que tiene una oportunidad. Que es sincera, y que siempre, ante cualquier cosa hace que todo aquel que esté a su alrededor, sea incapaz de sentirse solo ni un instante. 

Cómo ya ves, no ha cambiado mi opinión en cuanto a ti. Sabes que siempre se me dio mejor decir mis sentimientos de forma escrita que hablada. La timidez de vez en cuando juega malas pasadas. Tan solo decirte más que espero conservarte como amigo hasta el resto de mis días, que sigas teniendo las mismas ganas de venir a Málaga sólo para verme y pasar un rato juntos, como cada año. Y que, aunque no te lo diga a menudo, muchas veces necesito un abrazo tuyo para poder sentirme bien, para dejar de echarte de menos. 

Sé que ambos hemos cambiado. Me he vuelto una persona algo más fría de lo que un día conociste. Antes mostraba mis sentimientos a cada momento y ahora no lo suelo hacer. Vamos creciendo y las actitudes cambian. Lo que sí se que no va a cambiar es esto que siento. Pase el tiempo que pase, te miraré con los mismos ojos y siempre serás mi pequeño Eric. Un amigo ejemplar. Simplemente tú.


No lo olvides nunca, te quiero mucho.

No hay comentarios:

Publicar un comentario