Por primera vez quisiste volver a ser una niña pequeña para sentirte protegida, para no tener que dar explicaciones. Tan solo querías que te cogiese la mano y no te soltase. Que pasase las horas a tu lado prometiéndote que todo iba a salir bien.
Aunque la realidad fue totalmente distinta. Ya no eres una niña pequeña.
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