viernes, 30 de septiembre de 2011

How you gonna reach the top?

The world will force you to smile.
I'm here to help you notice the rainbow
Cause I know, what's in you is out there.


You'll never enjoy your life living inside the box
You're so afraid of taking chances,
How you gonna reach the top?



Los pies en la tierra.

Escúchame bien. No juegues a ser quién no eres, no intentes tener una fortaleza que jamás has tenido. No me trates como si supieras todos los secretos de esta vida y mucho menos pienses que soy menos que tú. 

No eres quien crees ser, no tienes esa fortaleza que crees tener. La vida tiene demasiados secretos para que tu seas conscientes de ellos y somos iguales. Pero tiene que llegar el día en el que explotas y la situación te puede. Tienes ganas de gritar y se ve como esa fortaleza jamás ha estado ahí porque nunca ha existido. Eres débil. Demasiado débil. Lloras, y es en ese momento cuando tus piernas son incapaces de sostenerte. 

Aparto la vista y guardo silencio. Y soy incapaz de retener las lagrimas. Lloro porque a pesar de todas las cosas que te aguanto, las groserías, los malos humores, las malas caras... nunca te has parado a escucharme y te quiero. Siempre he tenido razón en cada cosa que he dicho porque así las sentía. Y ahora por mucho que quiera ahorrarte la pena, decirte que no pasa nada y que todo saldrá bien no puedo hacerlo. Tú eres el único capaz de ver la salida y saber que camino escoger.



A diferencia de ti, se quién soy y siempre he sido más fuerte que tú. Jamás pretendí conocer los secretos de esta vida y aunque te pese, debes intentar mantener los pies en la tierra, así como los tengo yo.

Ineludible.

"Y con esta última convicción me duermo. Y no sé muy bien lo que sueño. El caso es que cuando me despierto siento que ese día será diferente. ¿Sabes esas sensaciones, esas sensaciones... que al final te hacen intuir que va a suceder algo de forma ineludible? De modo que te levantas de la cama, te arreglas, te despides al vuelo de todos, sales corriendo y miras alrededor... Sientes que estás llegando tarde a todo y, por suerte, te da tiempo a entrar en el colegio antes de que cierren la verja, y en clase la lección transcurre sin incidentes. Nada de preguntas o de discusiones ni con el cura ni con el resto de los profesores. Y, al final, cuando salgo del colegio... La sorpresa."



fuente: Federico Moccia "Carolina se enamora"

miércoles, 28 de septiembre de 2011

It will rain.



Goodbye, don't just say goodbye.
If I lose you, there'll be no clear skies.

lunes, 26 de septiembre de 2011

Impasible.

A veces resulta imposible. Tener ganas de irte y no hacerlo porque no tienes dónde ir. Tener que calmarte a base de mirar hacia el techo de tu habitación como último recurso. Y dejar de pensar para así evitar que más de una lágrima recorra tu rostro.

Dicen que eres impasible pero lo cierto es que más quisieras que las cosas no te afectasen y te fuera indiferentes. 


Es cierto que por un momento rozaste el limite de la desesperación

Totalmente de acuerdo.


"Tiene gracia. No cuenten nunca nada a nadie. En el momento en el que uno cuenta cualquier cosa, empieza a echar de menos a todo el mundo."


Jamás necesité a nadie hasta ese momento. 
El momento en el que decidí confiar.
Por eso, en ciertas ocasiones puntuales echo de menos a determinadas personas.

sábado, 24 de septiembre de 2011

Al final se dejará perder, y ya no será la de siempre.

No digas nada. Te contaré un secreto. Ella es diferente, o al menos la mayor parte del tiempo se siente como tal. Ahí dónde la ves se siente muy pequeña en el mundo y se infravalora a cada paso que da. En ocasiones se siente algo más segura de sí misma pero sólo son segundos. Después desaparece. A veces, le gustaría irse y no volver. Ver como el mundo avanza sin ella y sin cambio alguno. Detesta esforzarse, dar todo lo que tiene por y para los demás y luego no recibir la respuesta esperada. En ese aspecto, siempre se ha equivocado, ya que no puede esperar nunca nada a cambio. Aunque ella no espera algo a cambio de ese esfuerzo pero si espera una respuesta, una sonrisaLo intenta, de verdad que lo intenta. Siempre quiere ser mejor persona. Se mantiene acorde a lo establecido. Le gusta reír y hacer reír. Le gusta sentirse acorde con el mundo. 

Me pregunto si alguna vez podrá reprimir todos sus sentimientos tan solo por aparentar que nada le afecta. Algún día conseguirá ser una buena mentirosa, para poder sonreír cuando quiera quitarse del medio. Le gustaría ser menos constante. Estar y no estar. Quizás así la gente la tendría más en cuenta. O quizás no. 


Debo reconocer que detesto eso de ella. Al final se dejará perder, y ya no será la de siempre. 

viernes, 23 de septiembre de 2011

Frío.

Pantalón corto. Camiseta veraniega y chanclas. Dispuesta a disfrutar de los pocos días que te quedan de verano. De repente, sientes una brisa fresca. Uhm, otoño. Se acabaron los días de ese calor asqueroso que provocaban que te encerrases en tu casa hasta las 7 de la tarde (y en ocasiones incluso más) queriendo comer a todas horas helado de kinder o tiramisú.

Un día gris donde es imposible poder divisar el sol. Te encanta. Incluso es posible que llueva y deje el suelo en su punto exacto. Adoras el olor a tierra mojada. Da un aspecto diferente a todo lo que te rodea, se puede respirar mejor. 

Llegas a casa con frío. Frío, por fin. Estás tumbada en el sofá y sientes la necesidad de taparte con algo porque aún sigues teniendo los pantaloncillos cortos de estar por casa. Luego más tarde sabes que tienes que volver a salir a la calle. Esta vez decides optar por una mezcla extraña de ropa: una sudadera y un pantalón corto.

Sonríes y disfrutas como una niña chica ya que mientras el resto del mundo anda quejándose del día nublado y del frío que hace, tú te encuentras en el mejor día. 




Y no porque te guste el otoño,
sino porque ese frío significa que queda menos para el invierno.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

That's not a world that I need.



And I can't do this by myself 
all of these problems, there're all in your head
And I can't be somebody else.




You take the best things from
Then everything gets empty.


That's not a world that I need.

lunes, 19 de septiembre de 2011

No te gusta ser consciente de cuánto las necesitas.

"Un día me desperté echándola de menos.
Ésa es la sensación más degradante que puedes imaginar. Cuando sientes que te falta alguien. Miras a su alrededor sin comprender, con gesto vacilante extiendes la mano y buscas un vaso de agua o un libro.. En tu vida todo está en su sitio, los objetos, las personas, las citas de la jornada: tu relación con el mundo no parece diferente. Pero te falta algo.."



En ocasiones, la mayoría de las cosas materiales se encuentran en su correspondiente lugar e incluso tu vida sigue siendo la misma de siempre. Una rutina. Un motivo para seguir. Todo. Pero a veces, no puedes evitar echar de menos a ciertas personas. Personas que sabes que aunque pase todo el tiempo del mundo siempre las vas a terminar extrañando.

Y solo en momentos puntuales te gustaría pensar que sin ellas estarías mejor. Pero solo te engañas a ti misma por una sola razón: no te gusta ser consciente de cuánto las necesitas.



fuente: la mujer justa.

viernes, 16 de septiembre de 2011

Para nada.

Ha llegado el día que estabas esperando. Sabías que llegaría, esto no podía ser eterno. Al principio eras incapaz de ver un poco de luz en el túnel y sin embargo ahora eres capaz de visualizar con total claridad la salida. 

No sabes si será peor o mejor pero ya de entrada ves un cambio. Un cambio tremendo en ti. Han pasado sólo unas semanas y has cambiado tu forma de pensar. Mejor así, demasiados palos. Está claro que el mundo no está hecho para débiles y cobardes. Y tú antes formabas parte de ese grupo. Siempre guardando la compostura y haciendo lo socialmente correcto. ¿Para qué? Ahora lo sabes bien: para nada. Siempre habrá alguien que rompa las reglas antes que tú y que sólo piense en uno mismo

Así que es momento de tomar decisiones una vez más. No vas a olvidar el daño que te ha producido todo pero tampoco te vas a lamentar más de lo necesario. Primero sentirás pena y quizás llegues a extrañar otros tiempos (ya sabes, cualquier tiempo pasado siempre fue mejor) pero eso será únicamente al principio. Después pasarás a una segunda etapa: Aceptación. Te acostumbrarás al cambio, es sencillo. Luego aparece el punto en el que todo se queda en un mero recuerdo. Pero para eso aún debe llover mucho y pasar muchos días de calor. 

Las horas siguen su propio curso. Sin retrasos. Ni un minuto más, ni un segundo menos. Sabías que el tiempo pone cada cosa en su correspondiente lugar. Más tarde o más temprano. Y aunque te cueste reconocerlo, por primera vez, sientes un poco de alivio.

La realidad te reclama.

Estás tumbada sobre tu cama. Miras al techo pero como si no lo hicieses ya que estás con la mirada perdida. Estás pero no estás. Minutos después cierras los ojos. Tan solo puedes oír tu respiración y los latidos de tu corazón. Tranquilidad. Sólo un poco de tranquilidad dentro de esas cuatro paredes que últimamente están siendo algo más que eso. Demasiadas horas. Necesitas desconectar del mundo al menos por unos segundos. Sólo unos segundos serán suficientes. Bueno, luego lo piensas mejor y quisieras que fueran varios minutos. Muchos minutos. Horas quizás. Aunque sabes que eso es imposible. 

No estás ni 10 minutos tumbada cuando la realidad te reclama. Una voz. Vuelta al mundo real.





miércoles, 14 de septiembre de 2011

Ya no ves nada.

Un pequeño recuerdo llega a tu mente, así sin más. Cualquier día de invierno en la playa con tus amigas. Hacía mucho frío y mucho viento. Quizás no fuese el día mas ideal para estar en ese lugar. Pero en ese entonces la mayoría de las cosas os solían dar igual. Unos columpios casi destrozados y un viejo tobogán desgastado eran usados por cada una de vosotras como si tuvieseis la edad de 5 años. 

Nada más había cabida para risas y más risas. Alguna que otra broma de más y algún que otro baile tonto. Erais el centro de atención. Cualquiera que pasase por aquella playa sólo podía pensar que hacían esas 3 locas dando saltos y riendo a cada instante. Lo sorprendente es que no hace tanto tiempo de eso.

Ahora sin embargo, te preguntas que se perdió entre esos columpios y ese tobogán desgastado. Dónde quedaron esas risas inocentes y despreocupadas de 3 chicas que confiaban tantísimo la una de la otra. 



Miras el presente, y lo peor de todo no es recordar y que duela, sino que ya no ves nada.

martes, 13 de septiembre de 2011

Independencia.

Un sueño.

Veías una despedida, un adiós y alguna que otra lagrima de más. Te despedías de todas esas personas que habían compartido tantos años de tu vida para encaminarte en una nueva historia rompiendo con todo lo anterior. Cuando dices romper, te referías al la ruptura absoluta de cualquier posible contacto. 


Te marchabas sin más. Con una razón de peso que ahora no eres capaz de recordar. Un avión. Un país nuevo. Lejos. Una habitación qué solo sería tuya y donde a partir de ese entonces tendrías que formar una nueva vida en ella. Independencia. Nuevos rostros y empezar de cero otra vez.

Y así eran los días en ese comienzo. Sin ningún pesar y sin el sentimiento de echar de menos lo cual te sorprendía. Estabas lejos de todos tus seres queridos y aún así no sentías absolutamente nada. No te reconocías. 

Meses después decides volver. Por un tiempo, claro. Esos tramos te resultan difusos. No sabes cómo, te encuentras en un sitio demasiado conocido, muy peculiar. Después, recuerdas perfectamente lo que venía a continuación. Una persona. Una persona muy importante para ti. Le estabas esperando ya que él aún no había llegado. Sin darte cuenta, él se aproximaba hacia ti. Lo recuerdas con total nitidez. Tan solo notaste su cuerpo detrás tuya. Cuerpo con cuerpo, para así rodear con sus brazos tu cintura. En ese momento, sí parecías tú, la chica de siempre. Abrazada a él lo extrañaste cómo si no estuviese al lado tuyo en ese instante, cómo si te faltase el aire para poder respirar.


Después, eres incapaz de recordar algo más. Bueno sí, tan solo te queda un pequeño atisbo de ese sueño. Él no dejaba de repetir "pensaba que no te volvería a ver de nuevo.. no sabes cuánto te he echado de menos." Y por primera vez, te sentiste necesaria para alguien.

domingo, 11 de septiembre de 2011

Más allá del corazón.

Fue cómo si un jarro de agua fría se precipitase sobre tu rostro a las 7 de la mañana cualquier día de invierno. Una verdad tras otra y aún así buscabas poder contraatacar con la respuesta más ingeniosa posible a pesar de la hora que era. Sabías que llevaba parte de razón pero también sabías que iba a ser imposible que él cambiara de opinión. Tenía claro sus pensamientos igual que tú los tuyos. Una lucha para ver cuál de los dos podía llegar a ser el más tozudo. 
Sus palabras se repetían en  tu cabeza a medida que las pronunciaba. Te hizo sentir pequeña en comparación a como siempre te sueles sentir. Siempre teniendo que tomar decisiones a cada instante desde que eras pequeña, cosa que jamás te correspondía. Y ahora él te estaba dando lecciones de vida, de una vida que él ni siquiera ha vivido una mínima parte. Quizás por eso te cabreaba tanto oír sus palabras de mayor. Porque las grandes decisiones las tomaste tú cuando tan solo eras una cría la cual aún pensaba en jugar con muñecas y juguetes

A pesar de exponer tus argumentos y de crecerte a medida que ibas diciendo todo lo que se te venía a la mente, él se negaba a ver que tus palabras tenían un mínimo de razón. Y tú aún así, sabías que tus palabras resultaban muy comprensibles aunque él no lo entendiese. No sabes por qué decidiste hablar esa noche con él. Quizás porque a veces solo encuentras consuelo en él o ves que es la única persona que nunca te va a delatar. Un pensamiento totalmente neutral. Objetivo. Sí, eso buscabas. Objetividad. Algo que fuera más allá del corazón. Porque bien sabes que el corazón lo único que consigue en esos momentos es hacerte frágil. La fortaleza fortalece y la debilidad debilita. Y el corazón es tu debilidad. Siempre te gustó dejarte llevar por los pensamientos lógicos para así medir cada paso con objetividad por el simple hecho de hacer las cosas bien y si por cualquier motivo cometes un error no tener que dar la excusa de que te dejaste llevar por un impulso del corazón.


Quizás, él esa noche te vio más frágil de lo que sueles mostrarte. Siempre dura y sin soltar una lágrima para así evitar que él sepa que tú también lo pasas mal en determinados momentos y que no todo te resbala como quieres aparentar. 




Pero sabes que él no es el único capaz de romper las paredes de tu burbuja.

jueves, 8 de septiembre de 2011

Ya no es la mejor opción.

Una gota más para ese vaso que está apunto de volcar todo el agua que contiene. Quizás estabas esperando ese momento desde hacía mucho tiempo. Una gota más para ver o más bien para abrir los ojos de una vez sin más dilación. Has querido engañarte en multitud de ocasiones por no querer ver. Empezaste con la decepción seguidamente de la resignación. Pero esa gota de más ha provocado que ya no sufras ni siquiera resignación sino una intensa decepción que lleva a una huida. 

A veces sientes la necesidad de irte. De refugiarte y de no pensar más allá de lo que ven tus ojos en ese preciso instante. Luego te das cuenta de que no tienes adonde ir y que los problemas  por mucho que intentes no pensar en ellos ahí están, haciéndose presentes a cada segundo que pasa del día.  Alguien una vez te dijo que las cosas hay que afrontarlas. No huir de ellas ya que así no se soluciona nada. Y aunque a veces sientas la necesidad o las ganas de irte como hacías cuando eras pequeña, ahora ya no es la mejor opción


Convertiste los minutos en horas. 
Y un abrazo en el mejor remedio.


martes, 6 de septiembre de 2011

Tan solo me apetecía verte.

Últimamente tienes ganas de un cambio. Estás harta de llevar el pelo de la misma forma. Tienes ganas de sentir el frío recorrer tu cuerpo. Quieres sonreír a cada instante, y llorar solamente cuando sea preciso. Por ello, vas caminando por la calle con ganas de comerte el mundo, con la música a todo volumen tan solo para así evadirte de la vida que pasa a tu alrededor. Vas con las ideas fijas. Quieres verlo a él. Sólo a él. 
Te paras unos segundos en mitad de la calle y sientes un poco de miedo. No entiendes muy bien por qué estás haciendo todo eso, ni por qué estas parada en mitad de esa calle. Su calle. Uf, un escalofrío recorre tu nuca y luego decides seguir adelante. Quieres verle de nuevo sonreír y que tú seas el motivo de su risa. Te conformas sólo con eso.

Estando delante de su portal, coges el móvil. Vuelve la duda... ¿y sí no está en su casa?...¿y sí está ocupado?...¿ y sí se enfada por no avisar? y muchas mas preguntas que acuden a tu cabeza impidiendo marcar su número de teléfono. Así que, alejando de tu mente todas esas preguntas, decides no pensártelo más. Marcas rápidamente su número ya que te lo sabes de memoria. Tu corazón late cada vez más fuerte. Suena una vez...dos..tres.. y por fin se escucha su voz.. En ese instante, le dices que estas en su portal y que sí puede bajar. Para tu sorpresa y alivio no pone pegas. Es buena señal. 

Esperas impaciente que baje y ahora es cuando más nerviosa te sientes. ¿Qué le vas a decir? ¿Por qué estás aquí? Uf, no sabías muy bien que decirle... ni tampoco tenías tiempo para pensar coherentemente una buena respuesta. Minutos después bajó. Allí estaba delante de ti. 

- Supongo que te preguntarás que hago por aquí o qué hago llamándote... Tan solo me apetecía verte. Quería verte sonreír de nuevo.



sábado, 3 de septiembre de 2011

Sin tener ganas de nada más.

Un día cualquiera de un mes cualquiera. Estás en tu habitación. Tienes que estudiar aunque no encuentras las ganas por ningún rincón de tu habitación. En un primer momento, decides abrir el armario y ver la ropa de invierno. Uf, invierno. Cada día tienes más ganas de que llegue y se vaya este insoportable calor. Después coges tu vestido favorito. Ese que tan solo has llegado a ponértelo en una ocasión. Ahora te queda incluso mejor que cuando te lo compraste. Sonríes. Sin quererlo lo primero que piensas con él puesto es que este año te lo vas a poner más a menudo, aunque siempre en algún momento especial. 

Después de perder esos pequeños minutos en cosas sin importancia, piensas en tus obligaciones. Te lo impones a ti misma. Tienes que estudiar. Te sientas en tu cama. Coges el libro y la libreta. Vas recogiendo conceptos e intentando entender esas palabras inteligibles. 

Cuando han pasado varías horas de estudio quieres quitarte el pesar de encima de alguna manera. Te recoges el pelo en una cola bien alta, unos pantalones cortos que te regalaron en el último cumpleaños y una camiseta, de esas con las que nunca saldrías a la calle pero que en realidad son las que más te gustan. Después enciendes el ordenador y te pones a ver la primera serie que te apetezca con la intención de perderte en ella.


Viendo esa serie, ya sumergida en la historia te aparece un pensamiento fuera de lugar. Piensas en cómo has pasado ese día cualquiera de un mes cualquiera en tu casa. Perdida en esas cuatro paredes. Sin tener ganas de nada más, tan solo de estar con tu cola bien alta y esa camiseta que tanto te gusta.

Broken arrow.


I'll find the piece that I'm missing.

viernes, 2 de septiembre de 2011

Pide un deseo.

No lo digas muy alto, que nadie excepto tú pueda escucharte. Lo que acabas de ver es una estrella fugaz. Rápido, pide un deseo. Antes de que ésta pueda perderse y no pueda oírte. Tan pronto como piensas en un deseo, lo lanzas al cielo pero en silencio.
Esperas con toda tu alma que ese deseo pueda llegar a cumplirse. Es inocente creer en algo así, pero es hermoso. Un cielo cubierto de estrellas y una playa solitaria. Te sientes pequeña en este mundo de gigantes. Quieres soñar que puedes ser grande, conseguir todas tus metas y llegar a ser lo que tanto has anhelado siempre. 
Pero ese deseo que has pedido a tu estrella no tiene nada que ver contigo, sino con otra persona. Ya que te han dado la oportunidad de soñar no has querido que sea algo para ti, sino para alguien que quieres.

Después de pedir tu deseo, cierras los ojos para abrirlos minutos después y volver a contemplar el cielo estrellado. Cada vez lo ves más bonito. Y piensas en que años atrás tenías la oportunidad de disfrutar de momentos así mucho más a menudo. Es entonces cuando agradeces esta nueva oportunidad. Respirar aire limpio, oler la brisa del mar, sentir por fin un poco de frío después del inmenso calor del verano y ver como una nueva estrella lleva tu nombre como en otros tiempos atrás.



Infinidad  de estrellas, una playa solitaria y .